lunes, febrero 27, 2006

El precio de lo bueno

No importa en absoluto por qué a alguien se le ocurre ser escritor. La mera arrogancia de pensar que otros deberían pagar para leer lo que escribimos basta para calificar a todos los escritores de inadaptados que merecen el repudio de la gente decente. (...) Todas las sociedades necesitan narradores, y recompensamos bien a aqeullos cuyos relatos nos agradan (...).
Orson Scott Card (Introducción al Libro 2 de la recopilación de relatos, Mapas en un Espejo)
Si los escritores son unos inadaptados, ¿qué somos los que esperamos que alguien nos lea sin pagar o, más bien, sin cobrar? No digo que la gente lea más lo que se paga que lo que es gratis, dios me libre. Lo que pasa es que sería curioso pensar en qué es lo que piensa la gente que ve algo escrito por alguien por puro amor al arte. En si piensa "si es gratis no puede se bueno", o "¿y este porqué se cree que deberíamos leer lo que escribe?". Y lo que digo yo es ¿porqué debería de merecer la pena leer un libro por el que se paga y hay que dejar pasar lo mucho que hay escrito por ahí y que nos ofrecen gratuitamente? ¿Es que tiene que escribir por norma mejor alguien que cobra por ello que quien no cobra por ello? Obviamente si la gente paga por leer a alguien es porque es mejor que el resto, que los no publicados. Y sin embargo no es así siempre, simplemente se paga por una cosa porque se demanda y, que se demande algo, no quiere decir que sea ni mejor ni peor. Y para poner mil ejemplos está la bendita/maldita televisión: ¿o es que Gran Hermano es mejor que Friends porque se ve más? No, se ve más porque eso es lo que se quiere ver y cuando se quiera dejar de ver y la masa se mueva hacia otros prados, GH desaparecerá cual ¿Cantas o qué? Juro que no he escrito esto para que alguien me lea más, aunque, si no me leen, ¿para qué vale esto? Digamos que para dejarme constancia a mí mismo de lo que pienso. Así, dentro de un tiempo, puedo volver, leer esto y decir: ¿en qué estaría pensando? (como hago con todo).

domingo, febrero 26, 2006

Problemas

Iba a empezar diciendo que todos tenemos problemas con los problemas... y, de hecho, es lo que acabo de hacer. Lo que quiero decir es que, todo el mundo, sin excepción y sea cual sea, tiene algún problema. Grande, pequeño, insignificante, trascendente, secreto, público, vergonzoso... No, no mires hacia el otro lado, tú también tienes un problema. Incluso me atrevo a decir que todos tenemos más de un problema, ¿cómo no? El caso es que pensando sobre los problemas, a raíz de la imagen que voy a poner al final del post (que fue la que me hizo pensar en todo esto), recordé una frase que me ha servido bien durante los últimos años (aunque he de reconocer que, cuando se pierden los nervios, no hay frase que le calme a uno): Si tu problema tiene solución, ¿para qué te preocupas?, y si no la tiene, ¿para qué te preocupas?
Supongo que seguir al pie de la letra esto, sería simplificar mucho las cosas pero, de vez en cuando, ayuda tener presente su mensaje, una especie de Don´t worry, be happy, que nunca está de más seguir. De todas formas, preocuparse no es malo. Preocuparse es síntoma de que lo que le pasa a uno en la vida le importa, de que no pasa de todo, de que si hay solución la busca y sino la hay se maldice por la mala suerte de no poder solucionarlo. Lo malo no es preocuparse, no, lo malo es obsesionarse.
Desde luego el que no se debe obsesionar mucho es el que hizo este diagrama de resolución de problemas (concretamente problemas que tengan que ver con el funcionamiento de algo, muy comunes), un simplificado mapa de acción ante un problema que se basa en si uno puede evadir la culpa del problema o no:

Bueno, ya sabéis, preocuparse no es malo pero, si un problema tiene solución, no vale la pena nada más que buscársela (y sino... ¡pasárselo a otro!). Un saludo.

jueves, febrero 02, 2006

Dos canciones para enganchar

Siempre he pensado que son las cosas mínimas, los detalles, los que nos llevan a cosas mayores. En este caso hablo de escuchar una canción que te lleva a un disco o a un grupo y, de él, a un género o a un estilo concreto. Es genial. En mi caso dos canciones me condujeron a dos grupos y, juntos, a un género: "Nothing Else Matters" y "Run to the Hills".
- La primera es una canción de Metallica incluída en su disco Black (también llamado Metallica o The Black Album, al "estilo Beatle"). Este disco es considerado por muchos el mejor de la banda y la cima de su carera, puesto que, después él, fueron cayendo en picado con Load, Reload o el recientemente vapuleado St. Anger (disco que odian tanto los seguidores de Master of Puppets, como los de Black, como los de Reload: increíble poner de acuerdo a tanta gente). Personalmente no puedo elegir entre Master of Puppets y Black... aunque, quizás, me quedaría por el segundo por ser más redondo, no lo sé, depende del momento en que lo escuches. Pero vamos al tema. "Nothing else matters" es un tema lento que se ha convertido en un clásico de la música en general, un tema muy acústico y emocionante que llena. Lo cierto es que esta canción no te conduce al disco en que se encuadra con las cartas sobre la mesa: poco o nada tienen que ver el resto de temas del disco con éste y, sin embargo, encaja perfectamente. Una canción que todo el mundo debería de tener más que escuchada.
- "Run to the Hills" no me llevó al álbum del que sale, The Number of the Beast, un auténtico clásico, sino a otro clásico diferente, el gran directo Live after Death, que terminó por conseguir que me enganchara a la banda, Iron Maiden. El tema es uno de los más sencillos de la banda, rápido, con una hipnótica batería y un estribillo pegadizo pero, aún así (o, por ello), es una de las piedras angulares del éxito del grupo: un tema accesible que entra directo al cerebro y al corazón. La letra nos habla de los abusos cometidos sobre los indígenas americanos con toda crudeza y nos deja ese fondo de denuncia que siempre ayuda a que un tema se escuche con más devoción. Es un clásico, no sólo del repertorio del grupo, sino de la música actual y, al igual que en el caso anterior, no es un tema que podamos llamr típico de la banda, pero mira, por algo se empieza.