martes, enero 24, 2006

¡Nunca más!: El Cuervo, de Edgar Allan Poe

No pude evitar, después de ver Los Simpsons el otro día, el buscar en Internet este poema y releerlo con interés:
Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
"Es -dije musitando- un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más."
¡Ahl aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.
Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
"Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más."
Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
"Señor -dije- o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía."
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.
Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: "¿Leonora?"
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: "¡Leonora!"
Apenas esto fue, y nada más.
Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
"Ciertamente -me dije-, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio."
¡Es el viento, y nada más!
De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.
Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
"Aun con tu cresta cercenada y mocha -le dije-.
no serás un cobarde.
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."
Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: "Nunca más."
Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
"Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas."
Y entonces dijo el pájaro: "Nunca más."
Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
"sin duda -pensé-, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de "Nunca, nunca más."
Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: "Nunca más,"
En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!
Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
"¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."
"¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!"
Y el cuervo dijo: "Nunca más."
"¡Profeta! exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!"
Y el cuervo dijo: "Nunca más."
"¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: Nunca más."
Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

martes, enero 17, 2006

No tener que marcharme

Allí estaba otra vez aquel resplandor inaudito rodeando a su pálida piel. Pálida y cálida, como fuego bajo la nieve de una mañana de invierno y como nieve sobre las sábanas esparcida. Si tan sólo pudiera alargar el brazo y tocarla... Pero los relojes no perdonan y el tiempo no les hace ni caso: sigue pasando a pesar de todo. Sólo quiero quedarme viendo como se derrite la nieve lentamente mientras todo lo demás pasa sin que a mí me importe. Sólo quiero no tener que marcharme, así de difícil es mi sueño. Tendré que destruir muchas veces mis ilusiones para poder cumplirlo. Tendré que traicionarlo, mofarme en su cara, marchándome una y otra vez, para poder quedarme algún día. Cuanto duele conseguir la libertad y, a veces, cuando se consigue, ya es demasiado tarde para saber apreciarla. Entonces, se mira al pasado reciente buscando la razón por la que nos fuimos cada día, la razón por la que nos privamos cada día de verla derretirse, y no se encuentra, se ha ahogado en la rutina de su propia consecución: a veces matamos nuestros sueños haciendo lo que es necesario para conseguirlos.

viernes, enero 13, 2006

Al instante, de cristal, sin romper, sin cascar y sin picar: ¿A qué juegan los niños?

No sé cómo me ha venido esa frase a la cabeza pero ahí está. ¿La recordáis? Es lo que se decía cuando uno, jugando a las canicas, se tenía que cobrar el trofeo después de vencer a su rival... qué tiempos aquellos. Y, así, de buenas a primeras, me he puesto a pensar: anda que no hay diferencia entre a lo que jugaba yo de pequeño con lo que los niños juegan ahora... ¡y eso que soy joven! (ahora entiendo a la gente bastante más mayor). Y, ¿a qué nos dedicábamos? Canicas y peonzas (tirando a camotón y a mantequilla... qué glosario más rico) empezaron el asunto en los patios y después se vieron sustituidos por los tazos (engendro anuténticamente friki ahora que lo veo desde su faceta de coleccionista... por cierto, ¿quién no recuerda los "chiquitazos"?). Después tenemos los videojuegos. En casa con la NES "parriba y pabajo". Que descanse cada tres horas de juego. Sí, claro. No, es que sino se estropea la consola. ¡Ah!, coño, haberlo dicho antes. En los bares el futbolín y las recreativas míticas: Pang, Puzzle Boubble, Snow Bros., Captain Commando, Knights of the round... Éste último le recuerdo con especial cariño pues fueron muchas horas y pesetas las que gasté a sus mandos (ahora con el asunto de MAME me permito recordar viejos tiempos y suspirar un poco). ¿Le recordáis? Cogías uno de los tres personajes posibles (Arturo, ¿Percibal? y Lancelot) y te líabas a espadazo limpio con todo tipo de personajes medievales al estilo del mismo Captain Commando o del Cadillacs & Dinosaurs.
En fin. Y, hoy en día, ¿a qué juegan los chavalines? Que si a las cartas de Magic, que si a cualquier cosa por internet, al GTA: San Andreas, al Far Cry... ¿no os daís cuenta? Es que, ahora, no hay diferencia entre a lo que juega un niño de 12 años y a lo que juega un tipo de 20, jajaja. Qué dura es la vida: ¿los jóvenes de ahora son demasiado niños o los niños de ahora son demasiado adultos? Para mí que, viendo cómo hablan y lo que les gusta, va a ser lo segundo (y un poco de lo primero).

jueves, enero 05, 2006

Citadme diciendo que me han citado mal

Os pongo aquí algunas citas (sólo unas pocas, que hay mil) de Groucho Marx que he elegido, tanto de su vida normal, como de sus películas. En todas ellas, o aprendes algo, o te ríes o las dos cosas... Son una maravilla o, por lo menos, a mí me encantan.
Citas
- Estos son mis principios. Si no le gustan tengo otros.
- Yo encuentro la televisión bastante educativa. Cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro.
- Parad el mundo que me bajo.
- Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
- Inteligencia militar son dos términos contradictorios.
- ¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero!... ¡Pero cuestan tanto!
- Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
- Fuera del perro, un libro es probablemente el mejor amigo del hombre. Y dentro del perro probablemente está demasiado oscuro para leer.
- Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria.
Frases de sus Películas
- ¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
- Disculpen si les llamo caballeros, pero es que no les conozco muy bien.
- Es usted la mujer más bella que he visto en mi vida... lo cual no dice mucho en su favor.
- No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.
- M. Dumont: Dime Wolfie, cariño, ¿tendremos una casa maravillosa?
Groucho: Por supuesto, ¿no estarás pensando en mudarte, verdad?
M. Dumont: No, pero temo que cuando llevemos un tiempo casados, una hermosa joven aparezca en tu vida y te olvides de mí.
Groucho: No seas tonta, te escribiré dos veces por semana.
- ¡Hasta un niño de cinco años sería capaz de entender esto!... Rápido, busque a un niño de cinco años, a mí me parece chino.
- Hace muchos años vine a este país sin una moneda de cinco centavos en el bolsillo. Hoy [...] tengo una moneda de cinco centavos en el bolsillo.
Un saludo y Felices Reyes a todos.

lunes, enero 02, 2006

Porqué escribir en un blog

Me decía mi novia el otro día que esto de escribir "frikadas" en blogs es una auténtica pérdida de tiempo y de recursos. Supongo que, al fin y al cabo, no le falta razón. Entonces me he puesto a pensar: ¿por qué escribo en un blog (en mi caso en tres)? Después de pensarlo un rato, he llegado a la conclusión de que es porque soy un escritor frustrado. Bueno, no digamos escritor, por si suena demasiado serio, digamos: crítico, articulista, periodista, cronista, poeta, novelista, guionista... supongo que cualquier cosa que implique escribir. Ya sé que esta no es la única válvula de escape para esa "frustración" (ni lo está siendo en este momento para mí) pero te permite matar dos pájaros de un tiro y, además, dejar constancia de lo que piensas y que los demás lo sepan y opinen sobre ello. Supongo que es lo más cerca que estaremos muchos de tener "lectores".
Así que, continuando con lo que decía al principio, puede que al fin y al cabo sólo sea una pérdida de tiempo pero, por lo menos en mi caso, consigue mantener funciones cerebrales engrasadas, poder compartir ideas con mucha gente y, sobretodo (creo yo) dejar constancia a uno mismo de sus pensamientos, obligándose a reflexionar sobre ellos y sobre su propia vida y gustos: ¿qué puede tener eso de malo?

Burgos, qué gran ciudad

Hablábamos el otro día de que el hombre apenas ha explorado entre el 5 ó 10% del océano y se lanza de cabeza al espacio, sin conocer todo lo que tiene en su propio planeta. Esto ocurre análogamente a escala reducida y uno se marcha al extranjero sin conocer ni siquiera el sitio donde vive. A veces hace falta que venga alguien de fuera a hacer una visita para que uno se pare a mirar las cosas que hay en su propia ciudad. Es un poco triste sí, pero ocurre con bastante frecuencia.
En caso es que nos vino a hacer una visita un amigo desde Logroño y, como es normal, se quería llevar un poco de recuerdo de la ciudad dando una vuelta por los lugares más representativos (y comiendo lo más representativo también, faltaría) y, claro, uno tiene que llevarle de paseo y enseñarle cuatro cosas. Supongo que es un poco también porque en los últimos años no he pasado mucho tiempo por Burgos, debido a eso que llaman "estudiar una carrera", pero me ha gustado recorrer de nuevo esos lugares. Ya, has estado antes y varias veces, pero nunca acabas de valorar todo lo que tienes cerca. Es lo que dicen de que el jardín del vecino siempre está más verde y parece que hay que irse "por ahí" para ver cosas bonitas. Pero no siempre es así (aunque supongo que depende de dónde vivas, como todo).
En Burgos hay mucho que ver, demasiado para unas horas, pero siempre está bien darse un paseo por el casco antiguo, visitar la catedral (o lo que te dejan visitar sin antes quitarte un riñón para venderlo en el mercado negro), la casa del Cordón, el Arco de Santa María, el castillo (y aprovechar para tener una vista general de gran parte de la ciudad), bueno, las cosas típicas supongo, pero cosas que no dejan de tener su encanto y atractivo.
En fin, que creo que hay que fijarse en lo que uno tiene a mano, que no hace falta irse a tomar por culo para ver cosas interesantes y bonitas, que Burgos siempre tendrá su "aquel" (aunque no ande sobrado de vida social no nos hemos muerto después de tantos años viviendo aquí) y está bien dedicarle un tiempo a la ciudad que te ha visto nacer. Creo que, en el futuro, lo agradeceremos.

domingo, enero 01, 2006

Feliz año 2006

Bueno, feliz año 2006. Espero este año que llega sea mejor que el anterior (y así sucesivamente) y que nos leamos mucho por aquí y por allá. Sed buenos y ordenar vuestras prioridades, así os ahorraréis muchos disgustos.En homenaje a la noche de ayer, esta cita del incomparable Groucho Marx:
- Juez Maxwell: Señoras y caballeros, mi oponenete mantiene ahora una postura ambigua en relacion con la Ley Seca. Pero, ¿no es cierto que‚ usted votó a favor de la prohibición?
- Groucho: Bueno, es que aquel día estaba borracho. Pero dejen que les confunda, amigos. Lo único que bebo es soda porque combina bien con cualquier cosa.