jueves, febrero 02, 2006

Dos canciones para enganchar

Siempre he pensado que son las cosas mínimas, los detalles, los que nos llevan a cosas mayores. En este caso hablo de escuchar una canción que te lleva a un disco o a un grupo y, de él, a un género o a un estilo concreto. Es genial. En mi caso dos canciones me condujeron a dos grupos y, juntos, a un género: "Nothing Else Matters" y "Run to the Hills".
- La primera es una canción de Metallica incluída en su disco Black (también llamado Metallica o The Black Album, al "estilo Beatle"). Este disco es considerado por muchos el mejor de la banda y la cima de su carera, puesto que, después él, fueron cayendo en picado con Load, Reload o el recientemente vapuleado St. Anger (disco que odian tanto los seguidores de Master of Puppets, como los de Black, como los de Reload: increíble poner de acuerdo a tanta gente). Personalmente no puedo elegir entre Master of Puppets y Black... aunque, quizás, me quedaría por el segundo por ser más redondo, no lo sé, depende del momento en que lo escuches. Pero vamos al tema. "Nothing else matters" es un tema lento que se ha convertido en un clásico de la música en general, un tema muy acústico y emocionante que llena. Lo cierto es que esta canción no te conduce al disco en que se encuadra con las cartas sobre la mesa: poco o nada tienen que ver el resto de temas del disco con éste y, sin embargo, encaja perfectamente. Una canción que todo el mundo debería de tener más que escuchada.
- "Run to the Hills" no me llevó al álbum del que sale, The Number of the Beast, un auténtico clásico, sino a otro clásico diferente, el gran directo Live after Death, que terminó por conseguir que me enganchara a la banda, Iron Maiden. El tema es uno de los más sencillos de la banda, rápido, con una hipnótica batería y un estribillo pegadizo pero, aún así (o, por ello), es una de las piedras angulares del éxito del grupo: un tema accesible que entra directo al cerebro y al corazón. La letra nos habla de los abusos cometidos sobre los indígenas americanos con toda crudeza y nos deja ese fondo de denuncia que siempre ayuda a que un tema se escuche con más devoción. Es un clásico, no sólo del repertorio del grupo, sino de la música actual y, al igual que en el caso anterior, no es un tema que podamos llamr típico de la banda, pero mira, por algo se empieza.